Juan Marco Álvarez, experto en sostenibilidad, advierte que El Salvador no tiene la capacidad de soportar fenómenos ni como la tormenta Julia, ni de mayor intensidad, porque se encuentra en un estado avanzado de vulnerabilidad que urge, a todos los sectores, actuar.
El actual presidente de la oenegé Iniciativa para la Acción Climática (IAC) explica que el país enfrenta problemas graves de deforestación, erosión, desorden territorial y urbanizaciones mal diseñadas.
“Cualquier fenómeno como Julia o de una intensidad mayor puede afectar severamente al país”, concluye. Augura mayores conflictos y migraciones por el agua y busca generar conciencia climática.
¿Qué tanto en El Salvador se pudieron haber evitado las muertes del 10 de octubre de 2022 por el paso de Julia?
Eso es bastante relativo, pues la mayoría murieron soterrados en diferentes sitios urbanos y en zonas rurales. Evitar muertes en un contexto de desastres o fenómenos climáticos como la tormenta Julia es difícil para cualquier país, incluyendo los desarrollados. Sí se debe invertir en prevención efectiva y medidas de adaptación para los sitios más vulnerables del país, con el objeto de tratar de salvar vidas.
Hay que tener claro cuáles son los escenarios climáticos para la región y abordar este enorme reto de forma colectiva, por parte de gobierno, gobernaciones, alcaldías, comunidades, sociedad civil y sector privado de forma conjunta, es vital ponerse de acuerdo para preparar y poner en ejecución un Plan Nacional de Adaptación efectivo y robusto en términos de recursos disponibles, lo cual no existe todavía en El Salvador.
Es importante recordar lo que pasó durante Amanda-Cristóbal en 2020, el último fenómeno de este tipo que nos afectó de forma severa previo a la tormenta Julia. Las tormentas Amanda y Cristóbal provocaron más de 149,500 personas directamente afectadas y 30 fallecidas, el triple de muertos provocados por Julia, más de 330,000 personas en inseguridad alimentaria severa por las lluvias, muchas zonas recibieron más de 500 milímetros (mm) de lluvia y algunas registraron hasta 800 mm, casi el equivalente a las precipitaciones en las Bahamas durante el huracán Dorian en 2019. Ese nivel de lluvias no se tuvo con la tormenta Julia.
Es muy prematuro tratar de hacer una comparación. Mi punto acá es que al final la conclusión es la misma: nuestro territorio no puede soportar estos fenómenos, independientemente de su nivel de intensidad, pues el país se encuentra en un estado avanzado de vulnerabilidad, tierras deforestadas y erosionadas, desorden territorial, urbanizaciones mal diseñadas y en sitios con poca consideración del riesgo ambiental, incluyendo el climático.
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